Carlos Cano con Maria la Portuguesa
En las noches de luna y clavel,
de Ayamonte hasta Villarreal,
sin rumbo por el río
entre suspiros
una canción viene y va,
que la canta María
al querer de un andaluz
María es la alegría
y es la agonía
que tiene el Sur.
Que conoció a ese hombre
en una noche
de vino verde y calor,
y entre palmas y fandangos
la fue enredando
le trastornó el corazón.
Y en las playas de Isla
se perdieron los dos
donde rompen las olas
besó su boca y se entregó.
Ay, María la Portuguesa,
desde Ayamonte hasta Faro
se oye este fado
por las tabernas
donde bebe vino amargo
¿por qué canta con tristeza?
¿por qué esos ojos cerrados?
Por un amor desgraciado
por eso canta, por eso pena.
Fado
porque me faltan sus ojos.
Fado
porque me falta su boca.
Fado
porque se fue por el rio.
Fado
porque se fue con la sombra.
Dicen que fue el “te quiero”
de un marinero
razón de su padecer,
que una noche en los barcos
del contrabando
p’al langostino se fue.
Y en las sombras del río
un disparo sonó
y de aquel sufrimiento
nació el lamento
de esta canción.
Ay, María la Portuguesa,
desde Ayamonte hasta Faro
se oye este fado
por las tabernas
donde bebe vino amargo
¿por qué canta con tristeza?
¿por qué esos ojos cerrados?
Por un amor desgraciado
por eso canta, por eso pena.
Fado
porque me faltan sus ojos.
Fado
porque me falta su boca.
Fado
porque se fue por el rio.
Fado
porque se fue con la sombra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario