La luna se levanta tiento a tiento,
suenan sones, palomas y quejas.
Un manto de cristal al firmamento,
¡ay! Suspiros que la noche deja.
Soledades, rezos y “gemíos” campanillas,
trinos la pena; “soleá” ébria da poderío, aromas de jazmín y azucenas.
Quejío... Son las aires de la alameda, hay un lucero “escondío”,
amaneceres surcan las estrellas. Quejío....
Alborea dentellada de seda.
No niego que te he “qerío”, ¡ay! Alameda, ¡ay! Alameda.
La luna clara se tiñe de negro, de repente se hizo un silencio.
Súplicas, temblores y requiebros, ¡ay! susurros cercos de incienso.
Soledades, rezos y “gemíos” campanillas,
trinos la pena “soleá” ébria da poderío aromas de jazmín y azucenas.
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