El Abuelo - Alberto Cortez
El abuelo un día cuando era muy joven allá en su Galicia, miró el horizonte y pensó que otra senda tal vez existía. Y al viento del norte que era un viejo amigo, le habló de su prisa, le mostró sus manos que mansas y fuertes, estaban vacías, y el viento le dijo: ""Construye tu vida detrás de los mares, allende Galicia"". Y el abuelo un día en un viejo barco se marchó de España. El abuelo un día, como tantos otros, con tanta esperanza. La imagen querida de su vieja aldea y de sus montañas se llevó grabada muy dentro del alma, cuando el viejo barco lo alejó de España.
El abuelo un día subió la carreta de subir la vida. Empuñó el arado, abonó la tierra y el tiempo corría. Y luchó sereno por plantar el árbol que tanto quería. Y el abuelo un día lloró bajo el árbol que al fin florecía, lloró de alegría cuando vio sus manos, que un poco más viejas no estaban vacías. Y el abuelo entonces, cuando yo era niño, me hablaba de España, del viento del norte, de su vieja aldea y de sus montañas. Le gustaba tanto recordar las cosas que llevo grabadas muy dentro del alma, que a veces callado, sin decir palabra, me hablaba de España.
El abuelo un día, cuando era muy viejo, allende Galicia. Me tomó la mano y yo me di cuenta que ya se moría. Y entonces me dijo, con muy pocas fuerzas y con menos prisa, ""prométeme, hijo, que a la vieja aldea irás algún día, y al viento del norte dirás que su amigo, a una nueva tierra le entregó la vida.
Y el abuelo un día se quedó dormido sin volver a España. El abuelo un día, como tantos otros, con tanta esperanza. Y al tiempo al abuelo lo vi en las aldeas, lo vi en las montañas, en cada mañana y en cada leyenda, por todas las sendas que anduve de España.
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