Jorge Cafrune - Coplas del Payador Perseguido una de las grandes obras del maestro Atahualpa
Con su permiso voy a entrar
aunque no soy convidado,
pero en mi pago un asado
no es de nadie y es de todos,
yo voy a cantar a mi modo
después que haya churrasqueado.
Yo sé que muchos dirán
que peco de atrevimiento,
si largo mi pensamiento
pal rumbo que ya elegí,
pero siempre ha sido así
galopiador contra el viento.
La sangre tiene razones
que hacen engordar las venas,
penas sobre pena y penas
hacen que uno pegue el grito,
la arena es un puñadito,
pero hay montañas de arena.
No se si mi canto es lindo
o si saldrá medio triste,
nunca fui zorzal ni existe
plumaje más ordinario,
yo soy pájaro corsario
que no conoce el alpiste.
Vuelo porque no me arrastro
que el arrastrarse es la ruina,
anido en árbol de espina
lo mesmo que en cordillera,
sin escuchar las zonceras
del que vuela a lo gallina.
No me arrimo así no más
a los jardines floridos,
sin querer vivo advertido
pa' no pisar el palito,
hay pájaros que solitos
se entrampan por presumidos.
Aunque mucho he traqueteado
no me engrilla la prudencia,
es una falsa experiencia
vivir temblándole a todo,
cada cual tiene su modo
la rebelión es mi ciencia.
Yo soy de los del montón
no soy flor de invernadero,
igual que el trébol campero
crezco sin hacer barullo,
me aprieto contra los yuyos
y así lo aguanto al pampero.
Acostumbrado a las sierras
yo nunca me se marear,
y si me siento alabar
me voy yendo despacito,
pero aquel que es compadrito
paga pa' hacerse nombrar.
Si me dicen "señor"
agradezco el homenaje,
mas soy gaucho entre el gauchaje
y soy nadie entre los sabios,
y son para mi los agravios
que le hagan al paisanaje.
La vanidad es yuyo malo
que envenena toda huerta,
es preciso estar alerta
manejando el asadón,
pero no falta el varón
que la riega hasta en su puerta.
El trabajo es cosa buena
es lo mejor de la vida,
pero la vida es perdida
trabajando en campo ajeno,
unos trabajan de trueno
y es parotros la llovida.
El estanciero presume
de gauchismo y arrogancia,
el cree que es extravagancia
que su pión viva mejor,
mas no sabe ese señor
que por su pión tiene estancia.
El que tenga sus reales
hace muy bien en cuidarlos,
pero si quiere aumentarlos
que a la ley no se haga el sordo,
que en todo los pucheros gordos
los choclos se vuelven margos.
Yo vengo de muy abajo
y muy arriba no estoy,
al pobre mi canto doy
así lo paso contento,
porque estoy en mi elemento
y ahí valgo por lo que soy.
Cantor que cante a los pobres
ni muerto se ha de callar,
pues ande vaya a parar el canto
de ese cristiano,
no ha de faltar el paisano
que lo haga resucitar.
Si alguna vuelta he cantado
ante panzudos patrones,
he picaneado las razones
profundas del pobrerío,
yo no traiciono a los míos
por palmas ni patacones.
Si uno canta coplas de amor
de potros de domador
del cielo y las estrellas,
dicen "que cosa más bella
si canta que es un primor",
pero si uno como Fierro
por ahí se larga opinando,
el pobre se va acercando
con las orejas alertas,
y el rico bicha la puerta
y se aleja reculando.
Tal vez, alguien haya rodado
tanto como rodé yo,
pero le juro, créamelo
que vi tanta pobreza,
que yo pensé con tristeza
"Dios por aquí y no paso".
Nadie podrá señalarme
que canto por amargao,
Si he pasado las que he pasado
quiero servir de advertencia,
el rodar no será ciencia
pero tampoco es pecado.
Amigos voy a dejarlos
está mi parte cumplida,
es la forma preferida
de una milonga pampeana,
canté de manera llana
ciertas cosas de la vida.
Ahora me voy no se a donde
pa mi todo rumbo es bueno,
los campos con ser ajenos
los cruzo de un galopito,
guarida no necesito
yo se dormir al sereno.
Y aunque me quiten la vida
o engrillen mi libertad,
o aunque chamusquen quizá
mi guitarra en los fogones,
han de vivir mis canciones
en el alma de los demás.
No me nombren que es pecao
y no comenten mis trinos,
yo me voy con mi destino
pal lao donde sol se pierde,
tal vez alguno se acuerde
que aquí canto un argentino...
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