JJoaquín Sabina, Mara Barros - Y Sin Embargo Te Quiero / Y Sin Embargo
Me lo dijeron mil veces,
Mas nunca quise
Poner atención.
Cuando vinieron los llantos
Ya estabas muy dentro de mi corazón.
Te esperaba hasta muy tarde,
Ningún reproche te hacía,
Lo más que te preguntaba
Era que si me querías.
Y, bajo tus besos,
En la madruga´,
Sin que tú notaras
La cruz de mi angustia
Solía cantar:
Te quiero más que a mis ojos,
Te quiero más que a mi vida,
Más que al aire que respiro
Y más que a la madre mía.
Que se me paren los pulsos
Si te dejo de querer,
Que las campanas me doblen
Si te falto alguna vez.
Y eres mi vida y mi muerte,
Te lo juro, compañero,
No debía de quererte,
No debía de quererte
Y sin embargo te quiero.
De sobra sabes que eres la primera
Que no miento si juro que daría
Por ti la vida entera
Por ti la vida entera
Y sin embargo un rato cada día
Ya ves, te engañaría con cualquiera
te cambiaría por cualquiera
Mitad arrepentido y encantado
De haberme conocido lo confieso
Tú que tanto has besado
Tú que tanto me has enseñado
Sabes mejor que yo que hasta los huesos
Sólo calan los besos que no has dado
Los labios del pecado
Porque una casa sin ti es una embajada
El pasillo de un tren de madrugada
Un laberinto sin luz y vino tinto
Un velo de alquitrán en la mirada
Y me envenenan los besos que voy dando
Y sin embargo cuando duermo sin ti contigo sueño
Y con toda si duermes a mi lado
Y si te vas me voy por los tejados
Como un gato sin dueño
Perdido en el pañuelo e amarguras
Que empaña sin mancharla tu hermosura
No debería contarlo y sin embargo
Cuando pido la llave de un hotel
Y a media noche encargo
un buen chapan francés
Y cenar con velitas para dos
siempre es con otra amor, nunca contigo
Bien sabes lo que digo
Porque una casa sin ti es una oficina
Un teléfono ardiendo en la cabina
Una palmera en el museo de cera
Un éxodo de oscuras golondrinas
Y cuando duermes hay fiesta en la cocina
Y bailes sin orquesta
Y ramos de rosas con espinas
Pero dos no es igual que uno más uno
Y el lunes al café de l desayuno
Vuelve la guerra fría
Y al cielo e tu boca al purgatorio
Y al dormitorio en paz de cada día
Y me envenenan los besos que voy dando.
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